En este artículo, vamos a explorar la capacidad de retención de nutrientes del suelo agrícola regenerativo con plantas de beza, trébol y otras para fijar oxígenos del aire y a su vez movilizar fosforo de la tierra. Estas plantas son conocidas como abonos verdes o cultivos de cobertura, y tienen múltiples beneficios para la salud del suelo y el medio ambiente.
Los abonos verdes son plantas que se siembran entre los cultivos principales o después de la cosecha, con el fin de mejorar la fertilidad y la estructura del suelo, prevenir la erosión, controlar las malezas, las plagas y las enfermedades, y aumentar la biodiversidad. Algunas de estas plantas tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en sus raíces mediante la asociación con bacterias simbióticas, lo que reduce la necesidad de aplicar fertilizantes nitrogenados sintéticos. Otras plantas pueden movilizar el fósforo del suelo, un nutriente esencial para el crecimiento vegetal, pero que suele estar poco disponible debido a su baja solubilidad y su alta fijación por los minerales del suelo.
Entre las plantas que se utilizan como abonos verdes, destacan la beza (Vicia faba), el trébol (Trifolium spp.) y otras leguminosas, que son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico; y el centeno (Secale cereale), el rábano forrajero (Raphanus sativus) y otras crucíferas, que pueden movilizar el fósforo del suelo. Estas plantas se pueden sembrar solas o en mezclas, dependiendo de los objetivos y las condiciones del sistema agrícola.
La capacidad de retención de nutrientes del suelo agrícola regenerativo con abonos verdes se debe a varios factores. Por un lado, al fijar el nitrógeno atmosférico, las leguminosas incrementan el contenido de materia orgánica y nitrógeno total del suelo, lo que mejora su capacidad de intercambio catiónico (CIC) y su capacidad tampón. Por otro lado, al movilizar el fósforo del suelo, las crucíferas aumentan la disponibilidad de este nutriente para las plantas, lo que favorece su absorción y asimilación. Además, al cubrir el suelo con una capa vegetal, los abonos verdes reducen las pérdidas de nutrientes por lixiviación, volatilización y erosión, y protegen el suelo de las variaciones térmicas e hídricas.
En conclusión, el uso de abonos verdes como parte de un sistema agrícola regenerativo puede mejorar la capacidad de retención de nutrientes del suelo, lo que se traduce en una mayor productividad y sostenibilidad del sistema. Sin embargo, es importante tener en cuenta las características específicas de cada planta, así como las condiciones climáticas, edáficas y agronómicas del lugar, para elegir las especies más adecuadas y manejarlas correctamente.